probablemente le diga algo que no tiene nada que ver con medicina y pasará una verguenza de aquellas.
Aquí algunos ejemplos:
"Un interno en Urgencias le preguntó a una paciente que presentaba cefalea: ¿Y tomó algo para el dolor?. Ella contestó: No, jui a la posta de allá de mi casa. La colega le dice: ¿Y la pincharon en el SAPU, señora? Ella responde: No, en el cachetito nomás, señorita".
Así recuerda la doctora Ana López una de las anécdotas más locas que le ha tocado vivir durante el ejercicio de su profesión.
La historia está registrada en un nuevo foro de discusión del grupo de Facebook "Yo tuve un paciente con nombre chistoso".
El piño conformado por los médicos más palanqueros del planeta volvió al ataque y nuevamente agarró para el chuleteo a sus ingenuos pacientes.
Esta vez la joyita se llama "Cuando los pacientes les cambian los nombres a los medicamentos, los diagnósticos, etcétera", que lleva más de 300 comentarios elaborados por los facultativos.
"Un colega ginecólogo inserta un espéculo recién esterilizado en la vagina de una paciente. El doctor le pregunta: ¿Está muy caliente? Y ella le contesta: No, doctor, un poco nerviosa nomás", relata la galena Fabiola.
Una matrona cuenta que tras una ecografía, se le dijo a la paciente que tenía un huevo anembrionado (sin guagua o embrión), a lo que ella responde: No importa, señorita, aunque nazca ahuevonado, igual lo vamos a querer.
La profesional Gilda Olivieri se muere de la risa siempre que se acuerda de la clásica prisión alta, bronquitis destructiva o eclipse al tobillo (por esguince).
Nelson MC Ardle también aportó sus pinceladas de humor: "¿Cómo fue el accidente? Respuesta: Mi hermano salió eyaculado por el parabrisas".
Agrega que son infaltables los perdidos que consultan porque tienen gómitos o dolor de celebro.
La odontóloga Ana María Durán rememora que una vez le pidieron un tratamiento de salvoconducto en vez de uno de conducto o endodoncia.
Según los médicos de la risa, algunas observaciones se repiten con frecuencia: "Estar enfermo de la próspera (próstata)", "tengo persianas (tersianas)" y "tuesa (tosa), mijito".
Al doc Bernardo Arévalo siempre se le viene a la memoria un chascarro: "La nana de mi hermana me dijo estoy preocupá porque el doctor me dijo que tenía que hacerme el papacolacao (papanicolau)".
Juan Godoy asegura en el foro que un paciente le dijo: "Doctor, tengo ortoporosis. Me da vergüenza decirle, pero me dijeron que eso era granos en el poto".
Para Sergio Rivera lo más gracioso ocurrió cuando un paciente le dijo "doctor, tengo champiñones en los pies".
Angélica Ramos todavía se agarra la guata de la risa: "Llega un día un señor a la mater a consultar porque le dolían los ovarios... Primero quedé plop, luego me dio pena... después me recagué de risa".
texto gentileza de lacuarta.cl
Aquí algunos ejemplos:
"Un interno en Urgencias le preguntó a una paciente que presentaba cefalea: ¿Y tomó algo para el dolor?. Ella contestó: No, jui a la posta de allá de mi casa. La colega le dice: ¿Y la pincharon en el SAPU, señora? Ella responde: No, en el cachetito nomás, señorita".
Así recuerda la doctora Ana López una de las anécdotas más locas que le ha tocado vivir durante el ejercicio de su profesión.
La historia está registrada en un nuevo foro de discusión del grupo de Facebook "Yo tuve un paciente con nombre chistoso".
El piño conformado por los médicos más palanqueros del planeta volvió al ataque y nuevamente agarró para el chuleteo a sus ingenuos pacientes.
Esta vez la joyita se llama "Cuando los pacientes les cambian los nombres a los medicamentos, los diagnósticos, etcétera", que lleva más de 300 comentarios elaborados por los facultativos.
"Un colega ginecólogo inserta un espéculo recién esterilizado en la vagina de una paciente. El doctor le pregunta: ¿Está muy caliente? Y ella le contesta: No, doctor, un poco nerviosa nomás", relata la galena Fabiola.
Una matrona cuenta que tras una ecografía, se le dijo a la paciente que tenía un huevo anembrionado (sin guagua o embrión), a lo que ella responde: No importa, señorita, aunque nazca ahuevonado, igual lo vamos a querer.
La profesional Gilda Olivieri se muere de la risa siempre que se acuerda de la clásica prisión alta, bronquitis destructiva o eclipse al tobillo (por esguince).
Nelson MC Ardle también aportó sus pinceladas de humor: "¿Cómo fue el accidente? Respuesta: Mi hermano salió eyaculado por el parabrisas".
Agrega que son infaltables los perdidos que consultan porque tienen gómitos o dolor de celebro.
La odontóloga Ana María Durán rememora que una vez le pidieron un tratamiento de salvoconducto en vez de uno de conducto o endodoncia.
Según los médicos de la risa, algunas observaciones se repiten con frecuencia: "Estar enfermo de la próspera (próstata)", "tengo persianas (tersianas)" y "tuesa (tosa), mijito".
Al doc Bernardo Arévalo siempre se le viene a la memoria un chascarro: "La nana de mi hermana me dijo estoy preocupá porque el doctor me dijo que tenía que hacerme el papacolacao (papanicolau)".
Juan Godoy asegura en el foro que un paciente le dijo: "Doctor, tengo ortoporosis. Me da vergüenza decirle, pero me dijeron que eso era granos en el poto".
Para Sergio Rivera lo más gracioso ocurrió cuando un paciente le dijo "doctor, tengo champiñones en los pies".
Angélica Ramos todavía se agarra la guata de la risa: "Llega un día un señor a la mater a consultar porque le dolían los ovarios... Primero quedé plop, luego me dio pena... después me recagué de risa".
texto gentileza de lacuarta.cl
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